La felicidad se ha definido como un estado mental y emocional de bienestar individual y social, caracterizado por las emociones positivas o placenteras que podemos experimentar y que nos producen satisfacción con la vida, alegría, optimismo, y con predominio mayor de afecto positivo sobre el negativo. Son muchas las definiciones y han ido cambiando a lo largo de la historia de la humanidad. Pero todas coinciden al expresar que la felicidad es una disposición de la mente y no meramente una condición de las circunstancias.

La ciencia de la Neurofelicidad ha querido profundizar en el aspecto de «una cualidad o función de nuestra mente» al investigar las bases neurocientíficas de la felicidad.  Gracias al avance en el conocimiento sobre el cerebro, sabemos que la felicidad es el resultado de la actividad de unos circuitos cerebrales diseñados por la evolución para producir este estado de bienestar. Este conocimiento sobre que activa o desactiva esos circuitos cerebrales encargados de nuestra felicidad, nos permite actuar en nuestro beneficio, saber cuales son las actitudes, pensamientos, emociones y conductas beneficiosas para vivir felices y cuáles nos lo impiden.

Más que centrarnos en lo que va mal, lo que causa enfermedad y sufrimiento, la Neurofelicidad aplicada a la salud, focaliza el trabajo en lo que SI puede ir bien, en lo que podemos alcanzar, en el cambio que somos capaces de realizar al activar los sentimientos agradables que acompañan a la felicidad como la alegría, la ilusión, la creatividad, la motivación, la autoestima, la calma y el optimismo. Nuestro cerebro tiene la llave para realizar ese cambio. Está en nuestras manos el que podamos modificar, crear y reactivar esos  circuitos neuronales capaces de hacernos más felices.

¿CÓMO LO HACEMOS?

A través  de un programa individual diseñado como un registro semanal de actividades, pautas y estrategias para mejorar la salud física y emocional. El paciente tiene que realizar el programa a lo largo de un periodo de tiempo. El programa es una herramienta eficaz y efectiva para dinamizar y empoderarnos en la búsqueda de nuestro bienestar emocional y nuestra felicidad.

Un ejemplo de actividades y pautas saludables para la ansiedad serían:

  • Meditación mindfulness (de 10 a 20 minutos al día)
  • Ejercicio físico aeróbico regular
  • Yoga
  • Pintar mandalas
  • Actividades creativas: leer, escribir, tejer…..

Todas ellas producen cambios significativos en el cerebro a nivel neuroquímico y favorecen la neuroplasticidad cerebral.